Pocos entienden nuestra loca pasión de navegar.

lunes, 22 de marzo de 2010

Todo comenzó con una simple tarea de mantenimiento, para que la driza de genoa corriera bien por la roldada, ya que en la última regata se trababa. Como el sábado estábamos cansados después de 2 turnos de escuela de timonel con alumnos, y ya estaba anocheciendo, dejamos la tarea para el lunes.
El lunes a la tarde nos juntamos con Emilio y Nicolás. Debíamos cambiar esa driza por el lugar que ocupaba la otra driza de vela de proa que usamos para el mantillo del tangón. Pero todo se complicó. Subió Nico al palo y quisimos para el cabo desde arriba para recibirlo abajo, pero no podíamos. Entonces probamos con un pasacable. PLOP. El pasacable se trabó y Nico no lo podía sacar. No nos quedaba otra, había que bajar el palo. Mario Delfino nos ayudó y bajamos a las apuradas. En plena tarea, se trabó la carlinga rebatible, se soltó el pie del mástil y se nos fue a la mierda. Cayó pesadamente sobre la baranda del muelle y por poco cae en la bañera del Don Fortú. Por suerte no le pasó nada. Solamente se rompió la mica de la luz de tope y nada más. Pero como no aflojamos los tomas de los cables de luz de tope y antena de VHF, se arrancaron dichos cables. Ya era tarde, subimos el palo al playón y dejamos todo para seguir al día siguiente.

El martes desarmamos las cajeras y sacamos las roldadas de las 2 drizas de velas de proa y la roldada de la driza del spy. Estaban gastadas y había que reemplazarlas ó por lo menos colocarle un buje por donde pasa el eje. Esa noche le dí a Xoxé para ver si podía conseguirme en Servimetal ó mandarlas a hacer con algunos de los muchos conocidos que tiene. Todo tenía que estar listo para el jueves ó a más tardar para el viernes al ½ día., para poder levantar el mástil con tiempo antes de la regata. Encima yo viajaba el jueves a la mañana a Goya y volvía el viernes no sé a qué hora. Hablo el miércoles con Xoxé, y no había solución. Es decir había pero muy cara, y se iba de mi escaso presupuesto. El último recurso, pedirle a mi suegro Rubén que por lo menos colocara el buje para que las roldadas corrieran bien. Me dijo MMMMMM, pero lo intentaría.

El viernes llego de Goya a las 1600, me cambio y me voy a buscar las roldadas. Rubén pudo colocar el buje y me hizo un soporte de chapa para la veleta. Voy rápido a la marina a armar todo. Quedamos con Hugo Montiel, que a las 1800 levantábamos el palo. Pero… No tan rápido amigo. Cuando estamos armando, se caen las 2 roldanas de las velas de proa, adentro del mástil y no podía sacarlas. Alzamos, movimos, sacudimos, nada. Me entregué. Me apoyé sobre la baranda y me resigné a no correr la regata. Ya era más de las 1800 y la calentura recorría todo mi cuerpo. Estaba con la cabeza gacha y en eso veo en la botavara del Lázaro que había una roldana igual a la que necesitaba. Le pido a Hugo que me la preste y por supuesto me dice que sí. Mario me ofrece otras que él tenía en su barco. Esto es increíble. Esa solidaridad espontánea se ve en muy pocos grupos. Elijo una de Mario y Fortuno me ayuda a armar. Terminamos, pero ya era tarde para levantarlo. Quedamos con Hugo que lo haríamos el sábado a la siesta antes de zarpar para el Paso. Para dejar todo listo, bajamos el mástil y lo acomodamos sobre la carroza del Gatusso. Eran las 20 horas.

Me levanto el sábado y llovía torrencialmente. Llovió toda la mañana. Paró al medio día pero había mucho viento norte que generaba un gran oleaje en la marina. La tripulación completanos juntamos para ver que hacíamos. Escuché todo tipo de sugerencias: “llevalo y subilo en el Paso; cazalo desde el Strategy para subirlo mejor; andate al Y.C.C. y subilo ahí; correlo y ponelo en la proa del HUIJAA y sobre el murallón del playón; subilo otro día, y hasta me propusieron ir a correr en otro barco; étc. Dejarlo al Gatusso? Por dentro pensaba, “espero que llegue Hugo y que él decida”. Mientras tanto me puse a arreglar el desvío y la mordaza de la driza de la orza, otro problema, por el cual no podíamos izar la orza. Colocamos el motor, y ordenamos nuestros bolsos. La ansiedad era enorme, pero trataba de disimular. Ojo que era una regata más, de las que tendríamos miles, pero lo que quería era NAVEGAR, es eso lo que me gusta, y si es en mi barco, y con mis amigos, mucho mejor.

Llega Hugo y me dice “vamos a levantar?”, SIIII le digo te estoy esperando!!!!. Parecíamos hormigas después de patear el hormiguero, corríamos para todos lados, preparando para izar. Adujar las drizas, colocar obenques y adujarlos, repasar stay popel y proel, colocar las crucetas, todo en unos pocos minutos. Por supuesto se sumaron los muchachos (como siempre) de la

marina. Vinieron Adrián Montiel, Mauricio, Matías y Diego (tripulantes del Folgorito), Mario D., Mingo y mi tripulación. Apoyamos el pie en la carlinga y a la voz de Hugo M, arriba el mástil. Un esfuerzo que duró unos pocos segundos y lo teníamos paradito otra vez. BIEENNNN, estábamos listos para navegar. El trimado? Será otra historia. Queríamos salir ya. Embarcamos la botavara con la mayor y ahí nomás prendimos motor y a las 16 horas zarpamos, detrás del Folgorito. El palo era un solo quilombo de drizas sueltas. Pasando el Yacaré comenzamos a izar la orza y pum, se cortó la driza. JAJA, igual

seguíamos navegando, correremos con la orza baja. Llegando a la isla Hernández, el cielo nos regala una lluvia muy fuerte, para probarnos si realmente queríamos seguir. Por supuesto que sí, aunque a otros barcos, esto los convenció para que no zarparan, nosotros seguíamos navegando, Nico al timón y Evelina y Emilio prendidos al palo pasando drizas, colocando automáticos, motones, étc, Qué felicidad!!! A lo lejos en la playa veía unas personas que nos miraban. Nos imaginamos su pregunta, como la de muchos: qué hacen esos tarados con esta lluvia en el medio del río, mojándose, en lugar de estar en un lugar calentito y jugando a la play ó encerrados en un cine? Se me escapa una sonrisa. Es difícil explicar.

La lluvia sigue y armamos una carpa improvisada para poder permanecer en la bañera. Al llegar al Perichón para la lluvia, y vemos por nuestra popa que se nos venía encima unos nubarrones impresionantes. Solo amenazaba, al rato teníamos un atardecer espectacular.

REGATA LUICHO BOFIL

Fue una hermosa experiencia náutica, tuvimos lluvia, viento y un hermoso atardecer. Comimos y tomamos cosas ricas, Compartimos un lindo fin de semana. OJALA SE REPITA

Eve Silveira

P/D: También hubo una regata, pero paso desapercibida.

Por ultimo sin viento, sin barcos, muy linda la popa del Folgorito, lástimas que el Gracielita no nos pudo pasar y ...paisajiiiiiiista, Marito paisajiiiista!!!!
jajaja

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