
El viernes llego de Goya a las 1600, me cambio y me voy a buscar las roldadas. Rubén pudo colocar el buje y me hizo un soporte de chapa para la veleta. Voy rápido a la marina a armar todo. Quedamos con Hugo Montiel, que a las 1800 levantábamos el palo. Pero… No tan rápido amigo. Cuando estamos armando, se caen las 2 roldanas de las velas de proa, adentro del mástil y no podía sacarlas. Alzamos, movimos, sacudimos, nada. Me entregué. Me apoyé sobre la baranda y me resigné a no correr la regata. Ya era más de las 1800 y la calentura recorría todo mi cuerpo. Estaba con la cabeza gacha y en eso veo en la botavara del Lázaro que había una roldana igual a la que necesitaba. Le pido a Hugo que me la preste y por supuesto me dice que sí. Mario me ofrece otras que él tenía en su barco. Esto es increíble. Esa solidaridad espontánea se ve en muy pocos grupos. Elijo una de Mario y Fortuno me ayuda a armar. Terminamos, pero ya era tarde para levantarlo. Quedamos con Hugo que lo haríamos el sábado a la siesta antes de zarpar para el Paso. Para dejar todo listo, bajamos el mástil y lo acomodamos sobre la carroza del Gatusso. Eran las 20 horas.
Me levanto el sábado y llovía torrencialmente. Llovió toda la mañana. Paró al medio día pero había mucho viento norte que generaba un gran oleaje en la marina. La tripulación completanos juntamos para ver que hacíamos. Escuché todo tipo de sugerencias: “llevalo y subilo en el Paso; cazalo desde el Strategy para subirlo mejor; andate al Y.C.C. y subilo ahí; correlo y ponelo en la proa del HUIJAA y sobre el murallón del playón; subilo otro día, y hasta me propusieron ir a correr en otro barco; étc. Dejarlo al Gatusso? Por dentro pensaba, “espero que llegue Hugo y que él decida”. Mientras tanto me puse a arreglar el desvío y la mordaza de la driza de la orza, otro problema, por el cual no podíamos izar la orza. Colocamos el motor, y ordenamos nuestros bolsos. La ansiedad era enorme, pero trataba de disimular. Ojo que era una regata más, de las que tendríamos miles, pero lo que quería era NAVEGAR, es eso lo que me gusta, y si es en mi barco, y con mis amigos, mucho mejor.
Llega Hugo y me dice “vamos a levantar?”, SIIII le digo te estoy esperando!!!!. Parecíamos hormigas después de patear el hormiguero, corríamos para todos lados, preparando para izar. Adujar las drizas, colocar obenques y adujarlos, repasar stay popel y proel, colocar las crucetas, todo en unos pocos minutos. Por supuesto se sumaron los muchachos (como siempre) de la

marina. Vinieron Adrián Montiel, Mauricio, Matías y Diego (tripulantes del Folgorito), Mario D., Mingo y mi tripulación. Apoyamos el pie en la carlinga y a la voz de Hugo M, arriba el mástil. Un esfuerzo que duró unos pocos segundos y lo teníamos paradito otra vez. BIEENNNN, estábamos listos para navegar. El trimado? Será otra historia. Queríamos salir ya. Embarcamos la botavara con la mayor y ahí nomás prendimos motor y a las 16 horas zarpamos, detrás del Folgorito. El palo era un solo quilombo de drizas sueltas. Pasando el Yacaré comenzamos a izar la orza y pum, se cortó la driza. JAJA, igual

seguíamos navegando, correremos con la orza baja. Llegando a la isla Hernández, el cielo nos regala una lluvia muy fuerte, para probarnos si realmente queríamos seguir. Por supuesto que sí, aunque a otros barcos, esto los convenció para que no zarparan, nosotros seguíamos navegando, Nico al timón y Evelina y Emilio prendidos al palo pasando drizas, colocando automáticos, motones, étc, Qué felicidad!!! A lo lejos en la playa veía unas personas que nos miraban. Nos imaginamos su pregunta, como la de muchos: qué hacen esos tarados con esta lluvia en el medio del río, mojándose, en lugar de estar en un lugar calentito y jugando a la play ó encerrados en un cine? Se me escapa una sonrisa. Es difícil explicar.
La lluvia sigue y armamos una carpa improvisada para poder permanecer en la bañera. Al llegar al Perichón para la lluvia, y vemos por nuestra popa que se nos venía encima unos nubarrones impresionantes. Solo amenazaba, al rato teníamos un atardecer espectacular.
REGATA LUICHO BOFIL
Fue una hermosa experiencia náutica, tuvimos lluvia, viento y un hermoso atardecer. Comimos y tomamos cosas ricas, Compartimos un lindo fin de semana. OJALA SE REPITA
Eve Silveira
P/D: También hubo una regata, pero paso desapercibida.
Por ultimo sin viento, sin barcos, muy linda la popa del Folgorito, lástimas que el Gracielita no nos pudo pasar y ...paisajiiiiiiista, Marito paisajiiiista!!!!
jajaja