Como todos los sábados y para no perder la costumbre nos encontramos en la marina para salir a navegar. Cuando llegué, Evelina y Nico ya estaban preparando al Gatusso. Soplaba fuerte desde el sud-sudeste, lo que generaba olas enormes y provocaba un gran movimiento de los barcos amarrados. El cielo estaba bastante oscuro y parecía que iba a llover. Aún así, nos preparamos para salir. Esperamos un rato largo hasta que llegó Emilio (los mal pensados decían que tenía miedo por el tiempo que se venía y no vendría) El otro barco que se preparaba a salir era el Folgorito, aunque sin su capitán, bajo las órdenes del experimentadísimo capitán Quito.Parece que tenían pensado una navegación muy de crucero, porque bajaron varios tripulantes con pizas y bebidas en granel, acompañados por muy unas muy delicadas señoritas de tacos altos y muy bien producidas (nada de aspecto

marinero) Lo convencimos a Mario Delfino (h) que viniera con nosotros (nos costó 2 segundos convencerlo) y zarpamos. Salimos con Foque y una mano de rizo en la mayor. Frente a la toma de agua de Aguas de Corrientes, nos abrimos hacia el medio del río y apagamos el motor. Soplaba fuerte. Emilio trimaba la mayor, para tener un mejor control de la vela (en realidad no confiaba en mi) Pero por la configuración del trimado no ceñíamos nada, aunque avanzábamos bastante.
La Flaca no se bancaba no poder ceñir, y nos ordenó que izáramos toda la mayor. Tardamos un poco en sacar la mano de rizo y la mayor gualdrapeaba como loca. Esto provocó que Emilio se fuera al cokpit, y de alli
prestaría el “servicio de bebidas a bordo”. Mario mirá hacia el tope del mástil y nos avisa que el viento se llevó nuestra veleta. Avanzando el viento nos fué tirando hacia la costa chaqueña, y sin darnos cuenta quedamos varados. Lo escoramos un poquito y zafamos. Viramos y enfilamos hacia la costa correntina, pasando rente a la isla Hernández. Vimos que desde el sud-este avanzaba y se armaba un cigarro enorme, caían algunas gotas y se veían rayos acercándose. Se venía la rosca. Cada vez soplaba más. Eramos los únicos locos en el medio del río. El Folgorito salió, pero a los pocos metros decidió regresar a la marina.

Llegando frente a la guardería Carlos Eugenio, viramos nuevamente, el viento era cada vez más fuerte y en una de esas…puma, se rifó la mayor. El Gatusso parecía una coctelera, haciendo equilibrio bajamos la mayor y la acomodamos como pudimos, porque con la driza corta no podíamos bajarla toda. Como vimos que la rosca pasó por nuestro costado y empezaba a limpiarse hacia el sur, decidimos bajar hasta la costanera Sur. Cambiamos el Foque por Genoa 1, y recibiendo el viento por la popa, bajamos tranquilamente el río. Pasamos debajo del puente y frente a la playa Arazatí, el viento entraba muy fuerte, viramos, pero era muy fuerte para
la Genoa 1, asique la bajamos y prendimos
el motor para ir al socaire de la costa. Y así, navegando a motor regresamos a la marina, degustando las últimas bebidas frescas que quedaban. Queríamos volver temprano porque a la noche era la fiesta del club y estábamos ternados en vela-adultos, mis tripulantes en vela ligera y encima Emilio estaba distinguido en Salsa (el único que tenía una

triple nominación) Felicitaciones Emi!!!
Como aventura estuvo muy bueno. Ahora, en todo el año y sobre todo en la regata Formosa-Corrientes, no se nos rompió nada, y en esta salida perdimos la veleta y rifamos la mayor. En otra salida a navegar con Marito se nos cortó la driza de la orza. No será Marito el “yeta”??. Jaja, no seguro que no. Lo que pasa es que el Gatu está pidiendo una merecida salida a boxes para algunas reparaciones y revisiones que se fueron postergando. Hasta que eso ocurra, atamos todo con alambre y seguimos navegando. Hasta la próxima.
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